El Patio de los Arrayanes es el centro del Palacio de Comares, de planta rectangular y de la más pura línea de arquitectura árabe.
Mide treinta y siete metros de largo por casi veinticuatro de ancho.
Era el centro de la actividad diplomática y política de la Alhambra. También el lugar donde se celebraban las grandes recepciones de embajadas y el sitio donde los personajes importantes de la época esperaban el momento de ser recibidos por el Sultán.

Patio de los Arrayanes, Alhambra
Aquí el agua se convierte en un espejo maravilloso donde todo toma una doble dimensión. Todo se refleja en la alberca con precisión milimétrica, dando la sensación de eternidad, de infinito.
El agua es la vida misteriosa de toda la Alhambra.
Las dos fuentes circulares de los extremos representan el proceso vital: el surtidor es el nacimiento, que al caer va remansando en su ancho círculo, que es la continuación de la vida, para luego correr por el estrecho canal, que es el ocaso, y terminar por fin derramándose, en el gran estanque central: la eternidad.
Tanta importancia visual tiene lo que se puede tocar como su imagen reflejada en el espejo, aunque esta no sea más que una ilusión óptica situada en otra dimensión.
Dos hileras de mirtos o arrayanes, plantados a ambos lados del agua, dan nombre al patio.
Las dos galerías de los costados norte y sur son iguales, con siete arco de medio punto con estilizados capiteles de mocárabes.
A ambos extremos de estas hay abiertos dos huecos, utilizados como alcobas de tertulia, que tendría la función de lugar de encuentro entre los visitantes del rey y sus secretarios y ministros.
En ellas departían antes de la audiencia oficial tomando una taza de té y fumando la pipa del agua.
La galería sur colinda con el Palacio de Carlos V, con el que se comunica a través de su cripta.
La galería norte, coronada por la Torre de Comares, comunica el patio con la Sala de la Barca y el Salón de Embajadores.
En sus paredes puede admirarse poesías de Ibn Zamrak, notable poeta y a la vez ministro de Muhammad V.
LA GALERÍA SUR
El patio era una explanada abierta en tiempos de Yusuf I. Su hijo Muhammad V construyó la galería que lo cierra al sur, completando así un recinto que sintetiza el megaron griego y el atrio romano, evolucionados a través de los siglos hasta esta sublime sencillez.

Galería Sur del Patio de los Arrayanes. Arriba, saliente de la cornisa del Palacio de Carlos V
La cornisa del Palacio de Carlos V rompe las línes frágiles y flotantes del patio, suporponiendo su mole pétrea y firme. Es evidente que se trata de dos maneras muy distintas de entender el espacio y las formas.
En las inscripciones de las yeserías y maderas de este pórtico Sur predominan las alabanzas a Dios y menos dedicadas al Sultán. Muchas son copias de las del lado Norte.
Detrás del arco central se encuentra la llamada cripta del Palacio del Emperador, precedida de loas restos de una sala cortada en diagonal por las piedras del palacio de Carlos V, inaccesible en la actualidad.
LA GALERÍA NORTE
La galería norte ofrece bastantes semejanzas con la del sur, son muchos los elementos decorativos y epigráficos que se calcan en aquélla.
Coronando la banda epigráfica del muro se encuentra el Árbol de la Vida.
Este tipo de representaciones donde elementos vegetales se despliegan desde un vértice superior alude al árbol invertido que soporta los astros del universo y hunde sus raíces en el paraíso.

Galería Norte del Patio de los Arrayanes