El Patio de los Leones

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La Fuente de los Leones, en el centro del patio, arroja agua y fresco en el ambiente por las bocas de doce leones de mármol blanco. Puestos en ruedo, cubren con sus miradas todos los puntos del patio. Soportan sobre sus espaldas una taza dodecagonal.

Existe la teoría de que toda la fuente estaba policromada y hay indicios de que las esculturas han sido raspadas.

En el año 2008 sufrieron una profunda restauración que pretendió devolver el aspecto original. También se cree que estos leones proceden de un palacio que Samuel Ibn Nagrela poseía en las cercanías de la Alhambra y se aceptan generalmente que fueron tallados a finales del siglo X o a principios del XI.

El Patio de los Leones de la Alhambra

Detalle de los Leones en el patio

Alegoría al Paraíso

Todo el Patio de los Leones es una auténtica alegoría al paraíso.

La construcción es un auténtico oasis petrificado y vivo al mismo tiempo.

Las ciento veinticuatro columnas de mármol de Macael (Almería) que rodean el patio simbolizan un bosque de palmeras.

Las columnas tienen una plancha de plomo entre el capital y el fuste y otra entre el fuste y la basa, que hacen de junta de dilatación y de sistema antisísmico en caso de terremoto.

Existen dudas sobre lo que hubo en el suelo del patio en época nazarí.

Hay una teoría que mantiene que había plantado un jardín, el cual estaría un nivel más bajo que el suelo actual, de manera que las flores y arbustos al crecer, no obstruyesen la perspectiva del patio, formando una especia de alfombra de colores.

Se fundamenta esta idea del jardín, además de en algunos dibujos antiguos, en unos versos de Ibn Zamrak que hay en el zócalo de la Sala de dos Hermanas, los cuales hacen referencia al mismo.

Otra teoría más reciente mantiene que no había vegetación, sino que las descripciones más antiguas de este patio indicaban que estaba pavimentado con losas de mármol, y que el jardín que aparece en algunos grabados antiguos se plantó posteriormente a la época nazarita.

Detalles de las columnas del Patio de los Leones

Detalles de las columnas del Patio de los Leones

La disposición del patio no es enteramente la auténtica árabe, sino que tiene en cierto modo semejanza con un patio de casa romana. El claustrillo alrededor de él es sin duda influencia cristiana.

Su trazado es extremadamente complicado, pues tiene siete ejes de simetría. Los dos templetes frente a frente de los costados este y oeste nos recuerdan en su forma a la tienda de campaña, tan habitual en la vida nómada de los pueblos árabes.

De cada una de las alas fluyen cuatro arroyos que se dirigen hacia el centro, en donde se dispersan bajo la fuente. Son los cuatro arroyos del paraíso, que manan de las habitaciones que rodean al jardín, situadas en un plano más elevado, de manera que el agua pueda correr y así, al ser utilizada para las abluciones, permanezca siempre limpia.

Lo que más llama la atención sin duda del Patio de los Leones es la fuente, de donde proviene el nombre. Esta tiene innumerables leyendas en cuanto a su origen y significado, como no podía ser de otra manera.

¿Qué representa esta fuente en el centro del Harén?

Según unos representa los doce meses del año; otros dicen que son los doce signos del zodíaco; otros las doce tribus de Israel (¿Israel?), e incluso hay quien cuenta que son las lágrimas de una princesa que al caer sobre el patio emergieron los doce leones.

No obstante, la más cierta por su coincidencia en forma y número, es la que explica su origen en el arte hebreo, en el “Mar de Bronce” del templo de Salomón, que sostienen que el mar.

Son doce leones de mármol blanco que sostienen el mar, los doce leones de Judá, o las doce tribus de Israel.

Cuenta como factor a favor de esta teoría el hecho de que dos de ellos estén marcados con un triángulo equilátero en su frente, lo que representa las dos tribus elegidas (Judá y Leví).

Su procedencia (siglo XI), anterior al palacio, y su probable emplazamiento en casa del visir judío y poeta Samuel Ibn Nagrela, que la regaló a su Rey, nos ofrece pocas dudas al respecto.

Hermoso regalo que nos trae a la memoria la paz y convivencia que en la época medieval se dio entre las tres religiones monoteístas (judía, musulmana y cristiana) en España, y que nos dio la supremacía en el mundo occidental, sobre todo en Córdoba, Toledo, Sevilla y finalmente en Granada.

La taza que hay sobre los leones tiene versos de Ibn Zamrak, y soportaba otra más pequeña encima que ya no está allí, sino que puede ver en el Jardín de los Adarves, dentro de la Alcazaba.

La Fuente de los Leones en la Alhambra

La Fuente de los Leones en la Alhambra

124 Columnas de Mármol

Las ciento veinticuatro columnas de mármol que rodean a esta famosa fuente de los doce leones son dignas de admiración. En ellas se encuentra la integridad del arte granadino, la saturación artistica de muchas formas individuales, como sus capiteles.

Desde los capiteles de loto egipcios jamás columnas han estado coronadas de un modo más elegante, si por elegancia entendemos la combinación de la máxima sencillez con la mayor envergadura de las formas.

El hortus conclusus de la tradición islámica nos trae a la mente un jardín rodeado de muros, una imagen del paraíso. Hay que imaginarse las superficies entre las cuatro corrientes de agua, hoy cubiertas de arena, como arriates repletos de arbustos florecientes y aromáticas hierbas.

Las corrientes de agua remiten a los cuatro ríos del paraíso que corren hacia los cuatro puntos cardinales o, procedentes de ellos, hacia el centro.

Detalles de las columnas y mocárabes del Patio de los Leones

Detalles de las columnas y mocárabes del Patio de los Leones

Desde antiguo se han advertido semejanzas entre el Patio de los Leones y los claustros benedictinos que proliferaron en la Edad Media. También es conocido que Mohammad V, el constructor del patio, al que documentos de Fez describen “enharinado” de cal y yeso dirigiendo personalmente sus obras, fue destronado por su primo durante dos años.

Mohammad V

Durante este periodo, Mohammad V convivió algún tiempo con el rey de Castilla D. Pedro I el Cruel, su amigo y protector, quien le ayudó a recuperar el trono.

Fue a su retorno en 1362 cuando construyó este patio.

Aquel fue un periodo de tolerancia e intercambio cultural entre musulmanes y cristianos.

En Castilla, la nobleza encargaba la decoración de sus torres y artesonados a los alarifes granadinos que pusieron de moda el arte mudéjar, mientras que en la cúpula más bella de la Alhambra, la sala de dos Hermanas, destaca la flor de lis de D. Pedro.

Aunque existen precedentes de este esquema constructivo, la singularidad del Patio de los Leones consiste en ser la síntesis en la que confluyen todas las formas arquitectónicas ancestrales que van desde el jardín-paraíso tradicional persa, hasta el claustro cristiano que le adeuda parte de sus formas.

Gracias al interés suscitado hacia el monumento por la obra de escritores románticos como Washington Irwing durante el siglo XIX, fue posible tanto las primeras restauraciones como su posterior conservación.

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