Una vez atravesada la Puerta de la Justicia encontramos un camino recto, que a la izquierda tiene un paño de muralla, restaurado en parte con losas de mármol del cementerio árabe de la Alhambra.
Este camino desemboca en la Plaza de los Aljibes y en la Puerta del Vino.
La plaza se llama así por los depósitos de agua subterráneos que bajo ella mandó construir el conde de Tendilla.
La Puerta del Vino debe su nombre al hecho de que en este lugar, hacia el año 1556, se hacía la mercancía del vino, libre de pago de impuestos, entre los habitantes de la Alhambra y los mercaderes.
Al verla, resulta evidente que el carácter de esta puerta no es militar, sino la entrada a una calle de la medina o ciudad.
Este puerta del Vino presenta dos fachadas de épocas distintas, con arcos de herradura:
- La occidental tiene encima del arco un friso de dovelas, con la misma llave que existe en la Puerta de la Justicia. En la dovela central una inscripción en yeso de tiempos de Muhammad V y una graciosa ventanita geminada (ventana doble).
- La oriental es muy rica en cerámicas esmaltadas y vidriadas, y encima del friso de dovelas tiene otra ventana geminada, con tableros en yeso de labor vegetal a los lados.
Se acepta generalmente que el nombre le viene por el mercadeo del vino libre de impuestos que tenía lugar en su interior desde 1554.
Hubo otras puertas próximas, pero en el intrincado laberinto de la ciudad medieval, esta era la que daba acceso a la Alhambra alta, donde vivían casi 2.000 habitantes.
En ella comenzaba la calle Real, eje de la medina; servía además de encrucijada y al mismo tiempo frontera entre los núcleos militar y civil.
En el interior de la puerta se encuentran los bancos típicos para la guardia, protegidos contra el viento y las lluvias. El pequeño habitáculo resultante está cubierto por una magnífica bóveda de aristas al estilo de las de la Puerta de las Armas, la cual se encuentra dentro de la Alcazaba.
En la actualidad, esta puerta es de las más concurridas del recinto interior de la Alhambra, ya que sirve de paso desde las visitas al Palacio de Carlos V hacia la Alcazaba y Viceversa.
Además, aquí se encuentra unas pequeñas oficinas de información para el turista, así como unos servicios y algunas máquinas expendedoras de café, refrescos y comida envasada.